Un pensamiento pavoroso comenzó
a inundar mi mente en la medida que dirigentes populares expresaban sus
opiniones dignas de sociedades involutivas directamente ancladas en un oscuro pasado del
que a su vez presumían o silenciaban
para no manchar su falsa imagen de liberales. No le di importancia argumentando
que formaba parte de alguna de las muchas crisis con que la modernidad y la
civilización nos ponen a prueba. Pero lejos de disminuir la angustiante imagen,
porqué se trataba de una imagen, su detalle iba en aumento hasta extremos
inquietantes de alta definición. Si la imagen hubiera sobrevenido de noche a
estas horas estaría en tratamiento por insomnio inducido por pesadillas
nocturnas. Quizá era un síntoma de alguna enfermedad latente pero el tiempo
demostró que mi salud no se deterioraba a consecuencia de la imagen y más bien
del sobrepeso. Intentando encontrar algún aspecto positivo para no amargarme la
existencia, valoré la posibilidad de que se tratara de un don. Ya me veía
participando en el concurso de Increíbles
por mi privilegiada mente, pero dado que mi supuesta gracia estaba más cerca de
lo esotérico y por lo tanto cercano a programas nocturnos de tiradores de
cartas, desistí de mi segundo de fama. La consecuencia inmediata fue someter el caso
al método científico de análisis, estadística y valoración de resultados. Un periodo de experimentación sirvió para estimular
mi hipótesis y acelerar al máximo el proceso revisando y repitiendo pruebas en
video. La terrorífica imagen aparecía una y otra vez acercándose al cien por
cien de los casos. Llegué a la conclusión que la variable de la voz influía
directamente sobre la imagen que cada vez se acercaba a un icono dibujado en la
pared de una cueva primitiva. Sometí de nuevo a todos los sujetos grabados en
sus apariciones televisadas a la prueba del silencio y la imagen mental
apareció fielmente a su cita.
Era el momento de un
nuevo ensayo casi definitivo sometiendo el caso a otros sujetos. Grabé horas y
horas de televisión informativa en la que aparecieran políticos de derechas y
la estadística disminuyó relativamente, aunque la cifra se aproximaba al valor
de un experimento de física y no de la permisiva ciencia social. Una nueva
hipótesis resurgió de las llamas del éxito. Y vuelta a empezar. Así, de una
manera enfermiza, sistemática y dependiente en las semanas siguientes el
despacho se convirtió en una desordenada acumulación de grabaciones cuyo
análisis iba impactando en un programa de datos. La dedicación y esfuerzo
científico emblanqueció mi faz y me acercó al peso ideal, aunque familiares y
amigos confundían con alguna obsesión sin diagnóstico, temerosos de alguna
influencia por las series vampíricas y de zombis.
Finalmente el sol tocó mi
piel y deshizo los malentendidos. Pude llegar a las conclusiones.
La hipótesis partía de
ver a un político de derechas y de inmediato la sugestión mental proyectaba la
imagen del sujeto haciendo el amor lo que distorsionaba la propia imagen para
no tener que soportar tremendo horror. La fases sucesivas del experimento
científico llegó a revelar que sin escuchar su voz y sus ideas, se podía
determinar si el sujeto era o no de derechas cuando incitaba a la sugestión
mental de verles practicando sexo y la distorsión inmediata que iba cambiando
de forma a través de desenfoques, distorsiones de lente, zooms u otros recursos
televisivos.
Lo siguiente fue
comprobar el efecto en otros actores sociales y así se llegó también a pseudoperiodistas
y tertulianos de falsa convicción liberal, algunos de los cuales la imagen era
de amor propio.
Pero la conclusión más prodigiosa
era que el llamado don era capaz de llegar a identificar a políticos y
periodistas de supuestas convicciones demócratas en unos auténticos
reaccionarios aun manteniendo su aureola progresista.
En definitiva, el don
identificaba no al sujeto de derechas, sino al pensamiento de derechas y sus
extremos.
Mientras intento
programar una aplicación Apps con el bendito don, voy a iniciar una nueva
investigación partiendo de la hipótesis siguiente ¿Qué motiva y cómo son las
personas que se atreven a hacer el amor con ellos?