3.10.12

Arrebato: Monsieur Verdoux


Muchas son las obras del cine, el teatro y la literatura que sin tapujos ni enmascaramientos han denunciado pasajes de la historia y del pensamiento que han intentado someter a personas e ideas por el simple factor de contradecir lo establecido y pretender abrir la mente a un futuro mejor cuyo máximo exponente tiene en la libertad su valor más preciado.
En su narrativa han elaborado escenas en las que los dos mundos se enfrentan y el protagonista construirá un arrebato para argumentar con la fuerza de la razón los motivos que le llevan a defender una causa justa y libre. Es el mensaje que, aunque pueda parecer demasiado transparente y moralizador, nunca nos deja indiferentes, a pesar de las diferentes interpretaciones sometidas a la época de realización o bajo un punto de vista más moderno. En cualquier caso todo parece indicar con la perspectiva del tiempo que la experiencia ni se aprende ni se hereda y si algún valor prevalece es la integridad, aunque muy pocos entiendan lo que representa.



MONSIEUR VERDOUX

USA, 1947. Director y guión: Charles Chaplin (idea original, Orson Welles). Int: Charles Chaplin (Verdoux), Martha Raye, Marilyn Nash.

Basada en hechos reales cuenta la historia de Henri Verdoux, un hombre de doble vida. Por un lado es un respetable hombre casado padre de un hijo, pero por otro es un seductor que, bajo otra identidad, se dedica a casarse con viudas ricas a las que posteriormente asesina para quedarse con su fortuna para mantener a su familia. Cuando finalmente es detenido, se enfrenta en el juicio a una sentencia de muerte.

El juez le pide si tiene algo que declarar.

VERDOUX: Oui, monsieur; sí tengo, aunque el fiscal no haya tenido la menor intención de adularme. Al menos admite que soy inteligente. Gracias, monsieur, gracias. Durante 35 años utilicé mi inteligencia con honradez, después nadie supo apreciarla, de modo que me vi obligado a montar mi propio negocio. En cuanto a ser un asesino, ¿no lo fomenta la misma sociedad? ¿No es la misma sociedad la que construye las armas con el único propósito de matar? ¿No se han usado estas armas para matar mujeres? ¿Incluso a niños inocentes de una forma en verdad científica? Como asesino de masas no soy más que un simple aficionado. Sin embargo, no quisiera ahora perder los nervios, cuando voy a perder la cabeza. A pesar de todo, al abandonar esta pobre y miserable existencia, esto es lo que os digo: les veré a todos ustedes muy pronto, muy pronto.

Antes de su ejecución en la guillotina, declara a un periodista:

VERDOUX: Yo diría que los más grandes negocios: las guerras, los conflictos, todos son negocios. Por un asesinato se es un villano, por miles se es un héroe. Los números santifican.